Los narcos «rebosan» de audacia e imaginación, pero ayer Gendarmería Nacional los «despabiló» en la siesta bandeña, al secuestrarles 33,669 kilogramos de cocaína, valuados en $ 493 M., que viajaban (en un tour de compras) camuflados en patinetas, cascos y rollos de cable.
El procedimiento fue realizado como en oportunidades anteriores, en el paraje La Tijera, Banda, y estuvo a cargo del personal de la Sección Núcleo dependiente del Escuadrón 59 «Santiago del Estero», dentro de un procedimiento en infracción a la Ley 23.737.
El escenario resultó la ruta nacional 34, a la altura del kilómetro 734, donde se encuentra la balanza La Tijera, un tanto alejada del centro de la ciudad, deslizaron los voceros.
Controles de rutina
Según los investigadores, arribó un colectivo de tour de compras proveniente de Orán, Salta, y con destino el conurbano de la provincia de Buenos Aires.
A simple vista, los gendarmes iniciaron un control administrativo y físico del colectivo. Y en el pasillo y la bodega abundaban patinetas y cascos de protección. El amplio equipaje constaba también de dos carretes de cable coaxil.
Por protocolo, los gendarmes pidieron luz verde para abrir algunos bultos que parecían sospechosos y ésta llegó urgente del Juzgado Federal Nº 2, a cargo del doctor Sebastián Argibay.
En presencia de testigos y bajo un exhaustivo control, los gendarmes ahondaron la requisa y descubrieron numerosos paquetes rectangulares entre las patinetas, cascos y en el cable coaxil.
Entonces, sobrevino otra investigación, basada en un control de pasajes y ticket sobre las mercaderías que provendrían de Salta, y el límite del país de Bolivia.
Pese a la timidez emergente, de a poco fueron descartándose sospechas hasta que las mismas se situaron en una pareja que al parecer pasó sus últimas horas entre Bolivia y Salta. Ante los gendarmes, uno de ellos terminó reconociendo que la «mercadería» era de su propiedad.
Sello del delfín
Mientras tanto, los gendarmes separaron de las patinetas, cascos y cables cerca de 40 paquetes rectangulares: De la prueba de campo realizada, resultó positivo para cocaína, arrojando un total de 33, 669 kilos.
Otro detalle nada secundario, los ladrillos de cocaína llevaban el sello del delfín, quizá en alusión a un clan narco que «reina» en el Norte del país, en especial en el vecino país.
Ante ese panorama, el juez Federal Argibay ordenó que se proceda al secuestro de la sustancia estupefaciente, aparatos de telefonía celular y la inmediata detención de ambos ciudadanos bolivianos involucrados y todo elemento de interés para la causa.
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