Alrededor de 6 millones de usuarios tendrán incremento en lo que resta del año.
El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció ayer un aumento de mayor alcance al esperado en las tarifas de gas y electricidad, ya que afectará también a los usuarios residenciales que habían pedido que se les mantuvieran los subsidios. En concreto, indicó que se bonificarán los primeros 400 kilowattshora (kwh) de consumo y, para la demanda restante, habrá una suba de la tarifa, sin importar si el usuario cumplía con los criterios para mantener los subsidios.
Sin embargo, todavía faltan precisiones de la medida, como por ejemplo saber de cuánto será el incremento, cuándo comenzará a regir y quién lo implementará, ya que Darío Martínez todavía no fue confirmado como secretario de Energía.
Massa indicó ayer que alrededor de 4 millones de hogares no se anotaron en el formulario (26% del total de hogares) y, por lo tanto, dejarán de recibir los subsidios de manera progresiva. Los incrementos finales serían del 85% para la tarifa de gas y en torno al 200% para la electricidad en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), según las estimaciones del economista Nicolás Arceo, director de la consultora Economía & Argentina. Las actualizaciones serían bimestrales hasta llegar a pagar la tarifa plena.
De los 9 millones de usuarios que completaron la declaración jurada, solamente 402.000 no cumplieron con los criterios necesarios para recibir los subsidio y también los perderán. Para el resto, si bien durante la gestión del exministro Martín Guzmán se había dicho que no iba a haber más aumentos en lo que resta del año, Massa dijo ayer que ahora se subsidiará el consumo hasta 400 kwh por mes, por arriba de los 300 kwh de demanda promedio por mes por hogar.
Según los cálculos del ministro de Economía, al subsidiar hasta 400 kwh de consumo, el 80% de los usuarios residenciales no tendría cambios en su tarifa, pero el ahorro fiscal será mayor porque el 20% restante representa el 50% del consumo total residencial.
Para el servicio de gas por red, Massa no dio precisiones. “En el caso del gas, la quita de subsidio seguirá la misma lógica, pero por regiones, partiendo de las diferencias climáticas y costo de distribución, así como también la estacionalidad”, dijo, sin más detalles.
Pese a la falta de información, el anuncio de Massa significa una cambio en la política tarifaria y una intención de que no habrá más congelamiento. El incremento de tarifas no solo se llevará adelante, sino que abarcará a más usuarios de solo el 10% con “mayor capacidad de pago de la población”, que había indicado Guzmán. En principio, la suba alcanzaría a casi el 29% del total, entre los 4 millones de usuarios que no se anotaron en el formulario y los que consumen más de 400 kwh por mes.
Las dudas de la medida
El área energética es otra silla caliente en la economía argentina. Durante el gobierno de Mauricio Macri hubo tantos ministros de Economía, como secretarios de Energía: tres. Y en lo que va de mandato de Alberto Fernández, el presidente ya tuvo dos secretarios de Energía y todavía es una incógnita el futuro de Martínez. Massa no anunció ni su continuidad ni su despido, lo que genera una parálisis en la gestión.
Este detalle no es menor, si se considera que gran parte del ajuste fiscal que propuso el ministro de Economía pasará por la política tarifaria. Los funcionarios todavía en el área no están al tanto de las medidas que anunció ayer Massa y están esperando direcciones para ver cómo se implementarían.
El proceso es complejo. La Secretaría de Energía ya definió el costo pleno del gas y la electricidad para los usuarios que no reciben subsidios. En gas, este número pasó de US$2,1 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector) a US$5,7. Si bien se trata de una suba de 167%, como el valor del gas es solo un componente dentro del costo total del servicio (que incluye también distribución, transporte e impuestos en la factura), el incremento final es de 85%, según los cálculos de Arceo. Por ejemplo, una boleta de Metrogas con un consumo residencial promedio de 711 m3 anuales, de acuerdo al cuadro tarifario vigente en agosto, pasará de $1671 a $3089.
En electricidad, por su parte, el costo pleno de la generación aumentó de US$22,3 el MWh a US$100,4. Esto implica un incremento de 350% en el precio abonado por el segmento residencial, que al considerar también los costos de transporte, distribución e impuestos dentro de la boleta, implica una suba final promedio de 196%. En el AMBA, como el costo de distribución representa una proporción menor del valor final de las facturas que en el resto del país, el aumento de tarifas sería mayor. Por ejemplo, para un usuario del AMBA con un consumo promedio de 250 kwh por mes, de acuerdo al cuadro tarifario vigente en agosto, la factura de luz pasará de $1598 a $4733, según el informe de Economía & Energía.
Para llevar adelante los incrementos tarifarios, todavía es necesario que Energía procese la información de los usuarios anotados en el formulario, organice la base de datos y se la envíe a cada ente regulador, entre los que se encuentran el Enargas, ENRE y el resto de los organismos provinciales. Luego, los entes deben notificar de esa información a cada distribuidora (Edenor, Edesur, Metrogas, Camuzzi y Naturgy, entre otras) junto con los nuevos cuadros tarifarios correspondientes.
Las empresas, a su vez, deberán cruzar la información con su base de datos de clientes para aplicar los incrementos. Debido a los tiempos necesarios para llevar adelante este proceso, no se espera que los aumentos de tarifa sucedan antes de octubre, según señalan las empresas.
“La sensación es que lo de ayer le agrega complejidad a un proceso de por sí muy complejo. Se puede implementar, pero es muy difícil que suceda en el corto plazo. Entendemos que la política demandará una implementación rápida, pero creo que será complicado. Puede ser que alguna empresa tenga una facilidad de sistema distinta a otra, pero en términos generales creemos que se necesita un plazo mínimo de dos meses para una implementación de un cambio de sistema”, indicaron en una cámara empresarial del sector.
Para este año se esperan que los subsidios a la energía finalicen en US$15.500 millones (2,5% del PBI), lo que implica un aumento significativo con respecto a los US$11.000 millones del año pasado (2,3% del PBI).
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