EL RECORRIDO DE UN VIAJERO Y SU FIEL COMPAÑERO POR SUDAMÉRICA

Calco, un joven artesano de Buenos Aires, compartió su extraordinaria aventura a través de Sudamérica en compañía de su fiel amigo canino, Antonio. Esta pareja inseparable ha capturado la esencia del viaje sin fronteras, demostrando que el espíritu aventurero no conoce límites.

Calco, quien se define como tejedor itinerante, reveló que su odisea comenzó hace más de dos años en Colombia. «Compré la bicicleta en Medellín», comentó, «pero adopté a Antonio en el norte de Perú». Esta decisión marcó un antes y un después en su travesía, obligándolo a adaptar su modo de transporte para acomodar a su nuevo compañero de cuatro patas.

Con ingenio , Calco modificó su bicicleta, añadiendo un carrito especialmente diseñado para Antonio y equipándola con un motor eléctrico para manejar el peso adicional. «Él pesa veinte kilos, el carro también», explicó, destacando el desafío que representa mantener este peculiar equipo en movimiento.

A pesar de las dificultades, la pareja mantiene un ritmo en su recorrido. «Suavecito, tratando de hacer varios kilómetros diarios».

El viaje no ha estado exento de obstáculos. Calco mencionó tramos particularmente desafiantes, como la ruta desde Amaicha hasta casi Tafí (Tucumán), donde las subidas ponen a prueba su resistencia y la de su fiel compañero. Sin embargo, estos desafíos parecen fortalecer el vínculo entre hombre y perro, convirtiendo cada kilómetro recorrido en una historia de superación.

Actualmente, la pareja se encuentra de regreso en Argentina, descendiendo por la ruta nueve en su hogar móvil. Su llegada coincide con su búsqueda de climas más cálidos, después de enfrentar temperaturas muy frias otras regiones.

Calco decidió quedarse unos días en Termas, mientras Antonio disfruta del fabuloso sol invernal de nuestra ciudad.