La construcción de la Autopista Tucumán-Termas de Río Hondo, un proyecto que promete unir la capital tucumana con la ciudad termal santiagueña, se encuentra en un punto crítico. Después de 40 semanas sin actividad, el plazo de neutralización de la obra finaliza este mes, y las autoridades nacionales y provinciales deben decidir cuál será el rumbo que se le dará a las tareas en el lado sur de la Provincia de ahora en adelante.
La obra, que se inició en abril de 2022, ha atravesado una serie de dificultades, incluyendo problemas con readecuaciones presupuestarias, inflación y pérdida de fluidez de los desembolsos de la Nación. En agosto de 2021, se licitó uno de los tres tramos comprendidos en la obra, pero los avances apenas alcanzaron un 17% de ejecución. Finalmente, los aportes nacionales fueron removidos tras la llegada de Javier Milei a la presidencia.
Según un informe de Vialidad Nacional, los problemas que afectaron la obra «se encuentran resueltos en su totalidad», pero solo quedaría solucionar la cuestión de los aportes nacionales. El gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, ha indicado que sigue las tratativas ante la Nación para reactivar la autopista.
La obra se extiende 2,9 kilómetros y alcanza unos $10.000 millones, según un informe presentado por el Gabinete de la Nación. Sin embargo, Vialidad Nacional aclara que la construcción de este tipo de pistas debe estar justificada en la demanda de tránsito, que debe ser de más de 5.000 vehículos diarios. En 2023, la Ruta 9 presentó un tránsito medio diario de 3.700 vehículos, lo que podría ser un argumento para prorrogar la neutralización de la obra.
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