Este fin de semana, Termas de Río Hondo fue el escenario de la tradicional Fiesta del Canasto 2024, un evento que reúne a los artesanos de fibra vegetal de la región. En medio de la celebración, cinco cesteros compartieron sus experiencias, revelando un panorama complejo de tradición, desafíos económicos y sentimientos encontrados.
El evento se desarrolló en la zona del playon Khori Killa y compartió predio con uno de los escenarios del Festival Internacional de Folclore organizado por Ashpa Sumaj que paralelamente tuvo lugar el fin de semana.
Olga Correa, del Barrio España, expresó la difícil situación que enfrentan los artesanos. «Está dura la mano. Está como toda la situación del país», comentó, haciendo hincapié en la escasez y el alto costo de los materiales necesarios para su labor. A pesar de las dificultades, Correa mantiene la esperanza de que las ventas mejoren.
Por su parte, Clemira Sánchez destacó la importancia del legado familiar en la cestería. «Viene de generación en generación», explicó, mencionando que ahora sus nietos y bisnietos continúan con la tradición. Sánchez también señaló los desafíos económicos, ofreciendo piezas desde 1000 pesos para adaptarse a la situación actual.
La Abuela Rosa, una de las artesanas más veteranas, reflejó la resistencia del oficio. A pesar de haber enfrentado problemas de salud, no ha faltado casi nunca a la fiesta. «Soy casi de las primeras», afirmó con orgullo, recordando tiempos mejores de ventas. Rosa celebró el crecimiento en el número de cesteros, viendo en ello la continuidad de la tradición.
Miguel Medina, reconocido cestero de la Cañada de la Costa y con un amplio legado de cesteros en su familia, expresó su alegría por el aumento de artesanos. «Se va transmitiendo cada vez mejor», comentó, destacando la calidad del trabajo local. Medina enfatizó la importancia de la creatividad y la humildad en el oficio, aconsejando a las nuevas generaciones.
Sin embargo, no todo fueron elogios. Lucho Medina, con más de 30 años en el oficio, expresó su descontento con la organización del evento. «No lo veo que ¿dónde está el festival canasto?», cuestionó, lamentando la falta de reconocimiento hacia los cesteros. «Nadie nos nombra», añadió, instando a los organizadores a dar más protagonismo a los artesanos.
La Fiesta del Canasto 2024 ha puesto de manifiesto la riqueza cultural de esta tradición artesanal, pero también los desafíos que enfrenta. Mientras los cesteros celebran la continuidad de su arte a través de las generaciones, también luchan contra dificultades económicas y buscan un mayor reconocimiento en el evento que lleva su nombre.
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