En una emotiva celebración familiar que refleja el orgullo de toda una comunidad, Diego Roldán, oficial inspector de la Policía de la Provincia y vecino de Las Termas de Río Hondo, culminó con éxito sus estudios de abogacía en la Universidad Nacional de Tucumán. A los 34 años, este joven profesional demuestra que la perseverancia y el esfuerzo constante pueden hacer realidad los sueños más ambiciosos.
La historia de Diego es la de muchos jóvenes argentinos que apuestan por la educación como herramienta de crecimiento personal y profesional. Nacido y criado en Las Termas, completó toda su formación educativa básica en instituciones públicas de la ciudad: la escuela primaria en la Rafael Obligado y Colegio del Sesquicentenario para el nivel secundario.
«Siempre he apostado por la educación pública», reflexiona Diego durante la celebración junto a su familia. «Lo que hice acá en Termas, todo público. Y seguí apostando por la educación pública. La oportunidad que me dio la Universidad Nacional la he aprovechado y estoy inmensamente agradecido.»
El desafío de la triple jornada
Quizás lo más destacable de esta historia es cómo Diego logró equilibrar tres roles fundamentales: padre de familia, oficial de policía y estudiante universitario. Con dos hijos —Bianca y Nacho— y un tercero en camino que llevará el nombre de Isaac, junto a su esposa Nolia Sosa, empleada municipal, Diego enfrentó el desafío de administrar tiempo, energía y recursos para no descuidar ninguna de sus responsabilidades.
«La verdad que es mucho esfuerzo constante. El estudio, el trabajo y la familia muchas veces se combinan y hay que saber manejarlo», explica con la tranquilidad de quien ha superado una prueba difícil. «Manejar los tiempos, manejar la forma en que se va a solucionar los problemas de la casa, en lo laboral, en la facultad. Ha sido bastante sacrificado, pero a la larga lo pudimos lograr.»
Durante la celebración, queda claro que este logro no es solo individual. Noelia, su esposa, comparte la emoción y el orgullo por el camino recorrido: «Gracias a Dios, aquí contenta por el sacrificio que hemos tenido hasta que él ha podido llegar a su carrera a recibirse de abogado. La familia lo sabe, el sacrificio que uno pasa, pero ahí firme y a seguir firme, como tiene que ser, con la ayuda de nuestro Dios.»
La presencia de familiares y amigos en esta celebración habla de una red de contención que fue fundamental para sostener este proyecto a largo plazo. Entre los presentes, familiares y amigos coincideron: «Diego es un ejemplo de constancia, un ejemplo de mérito. Sé el esfuerzo que él llevó, lo estuve acompañando, él estuvo acompañándome, y es una persona que siempre está dispuesta a ayudar.»
Con el título de abogado ya en sus manos y la próxima habilitación como procurador, Diego se prepara para una nueva etapa profesional sin abandonar su carrera en la fuerza policial.
«Ahora a bajar un poco la adrenalina y a seguir para adelante. Seguramente vendrán nuevos proyectos y vamos a seguir cumpliendo», anticipa con la misma determinación que lo llevó hasta aquí.
El caso de Diego no es aislado. Como él mismo menciona, «en la Facultad de Tucumán hay muchos chicos de Termas», lo que refleja una tendencia creciente de jóvenes de ciudades del interior que buscan la formación universitaria como medio de desarrollo profesional y personal.
Un mensaje de esperanza
La historia de Diego trasciende lo individual para convertirse en un mensaje de esperanza y motivación para otros jóvenes que enfrentan desafíos similares. Su consejo para quienes están en el camino es claro y directo: «Para ellos toda la fuerza que sigan luchándola, que le pongan un poquito de gana todos los días y que las metas se tienen que llegar sí o sí. Que se puede. Sí se puede.»
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