La compleja trama del consumo problemático de sustancias adictivas suma un nuevo y preocupante capítulo: el policonsumo. Lejos de centrarse en una única droga, la tendencia actual, especialmente entre los jóvenes, es la combinación de múltiples sustancias, legales e ilegales, potenciando riesgos y dificultando abordajes. Si bien datos recientes ilustran vívidamente esta realidad, las estadísticas disponibles para el Norte Argentino sugieren un panorama precoupante que exige atención urgente.
En otros lugares del pais la situacion es similar. La Agencia Provincial de Prevención del Consumo de Drogas (APRECOD) de Santa Fe, a través de su referente Luciano Cierra, ha sido clara al respecto tras el lanzamiento de nuevos programas en Rosario: «El problema es el policonsumo». Según Cierra, «la mayoría de las personas presentan cuadros de policonsumo, es decir, de varias sustancias». Esta afirmación subraya un cambio en los patrones de consumo que desafía las estrategias de prevención y tratamiento tradicionales.
Dentro de este complejo escenario, Cierra identifica dos focos principales de alarma. Por un lado, entre las sustancias ilegales, «lo que más surge lamentablemente (…) es la cocaína y sus derivados», generando daños significativos en la juventud. Sin embargo, la adicción que transversaliza todas las capas sociales y genera la mayor preocupación por su magnitud es una sustancia legal: el alcohol. «Lo que supera todo a nivel local y nacional es una sustancia permitida que es el alcohol», enfatiza el especialista.
El Reflejo en el Norte Argentino y Santiago del Estero
Informes previos del Observatorio Argentino de Drogas (OAD) para la región del Noroeste Argentino (NOA), que incluye a Santiago del Estero, consistentemente muestran que el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida, con prevalencias de consumo episódico excesivo (binge drinking) preocupantes en la franja joven. A nivel nacional, estudios como el realizado sobre consumo de sustancias en población de 12 a 65 años (el último de gran escala data de hace unos años, pero marca tendencia) ya indicaban que el policonsumo era una práctica extendida, siendo las combinaciones más frecuentes alcohol y tabaco, alcohol y marihuana, o alcohol y cocaína. Es altamente probable que esta tendencia se mantenga o incluso se haya acentuado en Santiago del Estero y la región.
La franja etaria identificada como la más vulnerable, jóvenes «entre los veinte y pico y los treinta y pico años», coincide con los grupos de mayor riesgo señalados en estudios nacionales y regionales.
El Peligro del Consumo «Social» y la Automedicación
Un aspecto crucial es el patrón de consumo de alcohol en los jóvenes. Aunque no sea diario, los «excesos que se dan en los fines de semana, en las famosas previas», según Cierra, son una puerta de entrada a conductas adictivas y generan un perjuicio «igual o peor» que un consumo regular más moderado. Esta modalidad de consumo intensivo y esporádico está profundamente arraigada en la cultura juvenil.
Además, la agencia santafesina detectó otra tendencia preocupante, particularmente en personas de mayor edad: la automedicación con psicotrópicos, los «calmantes». Este uso no prescripto de fármacos es un problema de salud pública que a menudo queda invisibilizado y que también requiere atención en las políticas preventivas locales. Junto a esto tambien se señala las conductas compulsivas como la adicción al juego online, otra cara del complejo mundo de las adicciones comportamentales.
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