El alto impacto que ha tenido la gripe durante esta primavera fue llamativo. Al mismo tiempo, las tasas de vacunación en chicos han bajado a niveles preocupantes. La infectóloga Elizabeth Bogdanowicz, miembro del comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), explica por qué los cuadros de gripe son más intensos que en años previos a la pandemia de Covid y por qué las coberturas de vacunación en chicos están muy bajas.
“Siempre que hay un descenso en la circulación de alguno de los virus respiratorios hay otro virus que empieza a ocupar el nicho ecológico que ese virus ha dejado. Esto lo vimos claramente durante la pandemia de gripe A en 2009 y también en los últimos años con el Covid: los virus respiratorios estacionales habituales dejaron de circular», afirma.
La experta agrega que «ahora el Covid está bajando, por suerte, y por los beneficios de la vacunación. Y hemos visto en las últimas semanas un aumento de la circulación del virus de la gripe. El que está aumentando es el H3N2, que es gripe A no pandémica. Es mayor la circulación que lo que fue en 2016 y 2017, que fueron los últimos años más o menos normales».
– ¿El que tuvo gripe A en el pasado quedó con algún anticuerpo?
– Los virus respiratorios que dan infecciones locales de la vía aérea superior no dejan una inmunidad robusta. Y ése es el motivo por el que año a año las personas con un riesgo aumentado se tienen que vacunar. La inmunidad que queda no es duradera. Si alguien tuvo gripe el año pasado, ya es historia. Y va a necesitar de la vacunación.
– ¿Con el Covid pasa lo mismo?
– La inmunidad con las formas leves de Covid tampoco fue duradera y por eso insistimos en que todos aquellos que tuvieron Covid leve, cuando se hayan recuperado no esperen mucho más para vacunarse.
– ¿Y cuándo hay que vacunarse contra la gripe?
– La gripe circula todo el año, por eso no es que si uno no se vacunó en el comienzo del invierno ya perdió la oportunidad. Es importante que niños y adultos que tienen una condición de riesgo aumentada frente al virus de influenza (enfermedades pulmonares crónicas, enfermedades cardíacas, trasplantados, que reciban tratamientos con inmunosupresores, que tengan enfermedades autoinmunes u oncológicas) reciban ahora la vacuna antigripal si no se vacunaron.
– ¿Los cuadros que estamos observando de mayor cantidad de días de fiebre y fiebre más alta responden a la sintomatología de la gripe A?
– No, los cuadros de gripe por influenza A o B son indistinguibles. Ambos virus pueden dar cuadros sencillos y cuadros de más envergadura. Lo que sí podemos decir es que en el curso de este año, una vez que el Covid empezó a bajar su circulación, el impacto de los virus respiratorios ha sido desde el punto de vista clínico más importante. Con lo cual se asume que el Covid pudiera haber hecho alguna forma de inmunoregulación o inmunomodulación, aun habiendo tenido Covid leve. Y ahora se podría tener cuadros de mayor relevancia, duración e impacto.
– ¿Entonces cómo sería la relación entre haber tenido Covid y cómo se cursa ahora la gripe?
– El Covid que se haya tenido previamente, habiendo contagiado a un porcentaje significativo de personas, pudo haber dejado una condición inmunológica más enlentecida, menos fuerte. Por un tiempo, nuestras capacidades inmunes están más lentas y torpes. Esto puede hacer que en el contexto de una nueva infección respiratoria ésta tenga un impacto mayor.
– ¿Esa lentitud puede tener que ver con que el sistema inmunológico se ‘especializó’ durante un tiempo prolongado en el Covid?
– Se especializó en el Covid, lo reconoció y el Covid lo dejó enlentecido transitoriamente. Esta no es una condición duradera. Con el paso del tiempo esto se normaliza. Hay estudios que no dejan de salir del terreno de la hipótesis pero que hablan de la inmunomodulación que hace el Covid.
– La tasa de vacunación contra el Covid en chicos es baja, sobre todo lo que respecta a la tercera dosis.
– Sí. Y cuando se implementó la vacunación en los más chiquitos tampoco el impacto fue significativo. Creo que esto es una suma de cosas. A pesar de que desde la SAP se insistió con varios documentos con información para el pediatra, el pediatra tiene la percepción de que el Covid fue una enfermedad con poco impacto en los más chicos. Eso en algún punto ha sido así, por suerte. Tuvieron mucha menos chance de hacer cuadros graves. Y menos del 0,5 por ciento de los chicos recibió internación en cuidados críticos. Pero ojo, porque de ese 0,5 por ciento, el 72 por ciento necesitó asistencia respiratoria mecánica.
– ¿Están preocupados por la baja cobertura de la vacunación en chicos?
– Sí, pensamos que la vacunación pediátrica es una herramienta para limitar aún más la circulación del Covid en la comunidad. Cuando uno quiere hacer que un virus deje de circular, debe tener las mejores coberturas con vacunas contra ese virus y deben incluir en las estrategias de vacunación a toda la población capaz de recibir la vacuna. Hoy, los chicos por arriba de los 6 meses están en condiciones de recibir vacunas seguras, chequeadas y que tienen una buena capacidad de protección contra el Covid.
– ¿Por qué hay que seguir vacunándose contra el Covid?
– Para evitar que el virus vuelva a tener posibilidades de resurgir. Nosotros como pediatras tenemos que seguir insistiendo. Porque en los adolescentes la vacunación ha sido un poco mejor. Pero en los menores de 11 años las coberturas no han sido buenas. Tanto que en la actual campaña de recupero de la vacunación de sarampión, rubeola y polio, estamos insistiendo que cuando se acerquen a recibir esa vacuna, aprovechen y se vacunen contra el Covid porque se pueden colocar simultáneamente.
– ¿Y qué está pasando con la campaña contra el sarampión y la poliomelitis? ¿También tuvo poca respuesta?
– Esta campaña tuvo una serie de problemas. Ya lleva un mes -se extiende hasta mediados de noviembre- y son campañas que deben ser cortas y muy intensas. Es decir que uno debiera haber podido vacunar la mayor cantidad de la población objetivo (chicos entre 13 meses y 4 años) en las primeras dos, tres semanas. Eso no pasó. Las coberturas están bastante inferiores a lo que esperábamos.
– ¿Por qué pasa eso?
– Es un fenómeno multicausal. La situación socioeconómica en general tiene un impacto. La falta de visualización de la campaña es otra cuestión importante.
– La SAP cada vez que tiene la oportunidad en los medios difunde la campaña, ¿pero no faltó una mayor acción del Gobierno?
– Sí, completamente de acuerdo. Es un problema serio que no tenga una difusión más visible. Creo que hay que aprovechar todas las instancias. Hay que usar estrategias múltiples y combinadas. Y todo esto ocurre en un contexto socioeconómico muy complejo. En este momento, la principal preocupación de las familias es poder cumplir con tres o cuatro comidas en el día y no todos los hogares argentinos están pudiendo cumplir con eso. El 50 por ciento de los chicos de menos de 15 años está viviendo por debajo de la línea de pobreza. Esto sin duda alguna va a tener un impacto en la salud, en las coberturas vacunales y en la escolarización. Va a dar origen a problemas sociales que se van a expresar de distintas maneras.
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