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AJUSTE DE CUENTAS POR DROGAS DEJA COMO SALDO UNA PERSONA EN GRAVE ESTADO

Una mujer termeña, vendedora de ropa procedente de Bolivia, fue aprehendida ayer a la siesta, tras fallar en su objetivo de asesinar a tiros a un hombre -debajo del Puente Carretero- al parecer, atribuyéndole haberla «batido» (delatado) que las camisas, remeras y sábanas traídas desde el vecino país, incluían también drogas.

La complejidad de la supuesta trama recibió ayer un inesperado complemento: en su desesperada huida, el hombre fue atropellado por un automóvil y anoche fue internado en el Hospital Regional.

De acuerdo con la investigación policial, coordinada por el fiscal Rafal Zanni, la historia conllevaría dos capas difusas, pero entremezcladas entre sí.
Tiros» bajo el Puente

Javier Gutiérrez (26), fue interceptado por Enriqueta del Carmen Jiménez (45). Eran cerca de las 14.40 debajo del Puente Carretero, en calle Avellaneda. Los testigos señalaron que Enriqueta bajó de un auto acompañada por otra mujer y extrajo un revólver. Apenas habría gritado unas pocas palabras, apuntó a Gutiérrez y gatilló.

Como la bala no salió, el hombre emprendió una desesperada fuga, pero en el proceso fue atropellado por un auto, apenas a 60 metros. Mientras tanto, Enriqueta quedó fastidiada y frustrada. Su distracción le costó la libertad, ya que a los pocos minutos aparecieron los policías, la desarmaron y la esposaron.

A su vez, Gutiérrez ha sido trasladado al Centro Integrador de Salud (CIS) de Las Termas para recibir atención médica, y de allí lo derivaron al Regional por un fuerte golpe en la cabeza

Provisoriamente, Enriqueta quedó presa en la Comisaría del Menor y la Mujer, pero su destino final será un organismo de seguridad en la Capital.

Ahora bien, en la segunda capa, los policías deslizaron el supuesto móvil del ataque. Trascendió que una pareja de Enriqueta estaría detenida por una causa de «drogas». Y la tirantez con Gutiérrez venía en crecimiento.

El entorno señaló que Enriqueta culparía a Gutiérrez de haberlos delatado ante las fuerzas de seguridad, a ella y a su pareja, de vender ropa y drogas, procedentes de Bolivia.

Siempre con base en esa línea, los policías añadieron que los protagonistas ya mantuvieron otros «choques», pero esa aparente guerra fría casi decantó en sangre, plomos y muerte. En segundos, Enriqueta pasó de la euforia sazonada con venganza, a una celda.

Enriqueta cruzaría los dedos porque Gutiérrez podría hundirla aún más si decide «hablar»

La Fiscalía ya pidió audiencia de conversión de aprehensión a detensión y acusará a Enriqueta por «presunto homicidio en grado de tentativa», se supo al cierre.

En la tarde, Rafael Zanni puso primera y solicitó una batería de medidas: pericias al arma, el testimonio del herido, cuyo cuadro posibilitaría su declaración antes que el juez presida la audiencia en los tribunales de Las Termas.

Perplejidad

Anoche, todo era desconcierto. Los policías tomaban testimonios a los testigos presenciales, quienes coincidieron en la mecánica del incidente: un frustrado ataque a balazos.

Aunque pareciese poco, el fiscal cuenta con lo sustancioso: testigos, el secuestro del arma de fuego y la versión de Gutiérrez, piezas clave en la afanosa búsqueda del armado de rompecabezas.

El escenario oscilaba entre gris y negro para Enriqueta, ya que para «vengarse» de Gutiérrez cometió un delito, cuyas secuelas pueden acarrearle nuevos dolores de cabeza.

Fuente El Liberal