Si bien es una realidad que se manifiesta en todo el país, en todo Santiago del Estero hay un incremento significativo en la cantidad de casos policiales que involucran a jóvenes bajo la influencia de sustancias adictivas.
Recientemente, se registraron dos incidentes que ponen de manifiesto la gravedad del problema y la urgente necesidad de acciones contundentes por parte del Estado.
En el primer caso, un joven de 21 años, con antecedentes por violencia doméstica, irrumpió en la vivienda de su hermana a la que tenía prohibido acercarse. Allí provocó destrozos y la amenazó de muerte, presuntamente bajo los efectos de sus adicciones. A pesar de las medidas de restricción vigentes, el acusado reincidió en su comportamiento violento.
El segundo incidente involucró a un hombre de 33 años que, aparentemente drogado, amenazó de muerte a su pareja con un cuchillo tipo carnicero. La víctima, una joven de 27 años, decidió denunciarlo después de sufrir una década de violencia de género en silencio por temor a represalias.
Estos lamentables sucesos ponen en evidencia un problema cada vez más extendido en la provincia: la participación de jóvenes adictos en hechos delictivos y de violencia. Las autoridades deben tomar acciones urgentes para abordar esta situación desde diferentes ángulos, como programas de prevención, tratamiento y reinserción social.
Es imperativo que el Estado implemente políticas integrales que aborden las causas profundas de las adicciones, brindando apoyo y oportunidades a los jóvenes vulnerables. Asimismo, es fundamental fortalecer las medidas de seguridad y el sistema judicial para proteger a las víctimas y sancionar a los agresores con la debida severidad.
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